18/1/13

FOLLIES






MÚSICA Y LETRAS: Stephen Sondheim
LIBRETO: James Goldman
TRADUCCIÓN: Roser Batalla y Roger Peña
DIRECCIÓN MUSICAL: Pep Pladellorens
DIRECCIÓN DE ESCENA: Mario Gas
ESCENOGRAFÍA: Juan Sanz y Miguel Ángel Coso
VESTUARIO: Antonio Belart
ILUMINACIÓN: Paco Ariza
VÍDEO-ESCENA: Álvaro Luna
COREOGRAFÍAS: Aixa Guerra y Luis Méndez (claqué)
PRODUCCIÓN: Teatro Español
REPARTO: Vicky Peña, Carlos Hipólito, Muntsa Rius, Pep Molina, Massiel, Asunción Balaguer, Linda Mirabal, Teresa Vallicrosa, Mónica López, Marta Capel, Diego Rodríguez, Julia Möller, Ángel Ruiz, Joana Estebanell, Mamen García, Lorenzo Valverde, Josep Ruiz, Gonzalo de Salvador (Mario Gas), Nelson Toledo, María Cirici, Marisa Gerardi, Antonio Villa.
DATOS DE LA FUNCIÓN: Teatro Español (Madrid), marzo de 2012.
DURACIÓN: 3 h (intermedio incluido)







Ya me quedan pocas primeras veces. Y puedo decir, bien feliz, que mi primer musical fue Follies. Cierto es que no es el típico musical de la Gran Vía madrileña en un teatro con nombre mutado al de la marca patrocinadora –todavía no he logrado quitarme ese prejuicio–. Y que tampoco llegaré a ser una fan de este género con el que, salvo alguna excepción cinematográfica, no conecto por ampuloso y falto de naturalidad. Pero esta primera vez ha sido más que grata. Y eso, dicen, es difícil.

 Dirige Mario Gas y encabezan cartel Carlos Hipólito y Vicky Peña. Casi nada. Secundados por unos magníficos Muntsa Ríos y Pep Molina, a los que acompañan Asunción Balaguer y Massiel. Sí: Massiel, imponente y grandiosa en su solo “I’m still here”, aunque no sabía si interpretaba o hacía de sí misma. El espectáculo estaba marcado por el morbo que suponía ver a Mario Gas en su último y esplendoroso espectáculo como director del Teatro Español (y esa fea polémica que rodeó a su despido),  aderezado por el hecho de que interpretara el papel de Weissman, con esa frase final tan significativa.



El resultado es un montaje espectacular en su más amplio sentido, dirigido por la inteligente visión teatral que tiene Gas y con unos actores que gozaban y con muy buenos trabajos de los cuatro protagonistas de entre los que destacan Pep Molina y, sobre todo, Muntsa Rius. Como pez en el agua estaba Vicky Peña que, como siempre, sobresale interpretativamente por trabajos brillantes y perfeccionistas; Carlos Hipólito, no tan pez en el agua, suple con solvencia su falta de rodaje en este género a base de ganas y seriedad. De la parte más teatral, destaco la escena entre los cuatro protagonistas y sus dobles jóvenes: magníficamente resuelta y bien ejecutada.  Confieso que no tengo idea de música, pero tengo claro que  los músicos hacían un trabajo sobresaliente. Eché de más minutos y algunos números de la segunda parte -más musical que teatro- pero es que esto, señores, es un musical.





MICROTEATRALIZANDO






DESMONTANTO A BLANCANIEVES
AUTOR Y DIRECCIÓN: Juan Mairena
ESCENOGRAFÍA: La Máquina tipográfica
VESTUARIO: Íñigo Sabada
REPARTO: Dolly Drag, Olivia Bagliv, David Aramburu y Juan Logar.



NOSOTROS 2023
AUTOR: Daniel Sánchez Arévalo
DIRECCIÓN: Raúl Arévalo
REPARTO: Víctor Clavijo, Sandra Collantes, Alicia Rubio, Font García/Canco Rodríguez/Iñake Ardana



ADENTRO
AUTORA: Carolina Román
DIRECCIÓN: Tristán Ulloa
REPARTO: Carolina Román y Nelson Dante




El formato de microteatro es al teatro lo que el cuento a la novela. A falta de experiencia en otras salas de formato parecido, es la primera conclusión a la que he llegado tras ver los microespectáculos Desmontando a Blancanieves, Nosotros 2023 y Adentro.  Y de momento, solo puedo decir que es un formato que me encanta.
El microteatro sufre de condensación e intensidad por su naturaleza: espacio reducidísimo, breve duración, pocos personajes, número acotado de espectadores. Una habitación, quince minutos, unos cuatro personajes, quince espectadores. Y  este formato de menos es más tiene muchas ventajas: facilita el consumo (4€ cada sesión en múltiples pases cada noche), se facilita la sustitución de actores, se establecen futuras asociaciones creativas, permite probar recursos dramatúrgicos, interpretativos, de dirección… en fin: jugar. Si el espectáculo es infumable, el espectador sufrirá brevemente; si la pieza es fantástica, gozará intensamente ese ratico. Sin embargo, como en los cuentos, si se falla en el planteamiento inicial el fracaso puede soplar en la oreja.
Y es que a mí, a pesar de que me guste el teatro a la italiana, me chifla que se le pongan bombas que obliguen a las artes escénicas a tirar hacia adelante: la reducción a un espacio mínimo y un tiempo muy acotado condicionan hasta el punto de que se adapta el lenguaje escénico y se anima tanto a afinar la dramaturgia como a dar giros textuales finales. La cercanía impide la falsedad interpretativa y potencia la creación de atmósferas. Y todo ello lleva a una modificación en la relación público-actores: todo es más intenso, más impactante, más simbólico y más íntimo.
El Microteatro da alegría tanto a quienes lo hacen como a quienes lo ven. Y eso es lo que me ha sucedido con los tres microespectáculos que hasta ahora he visto. Vayamos por orden cronológico.





-Desmontando a Blancanieves era una relectura escrita y dirigida por Juan Mairena sobre el cuento popular con inspiraciones botellescas. Desternillante, además. Para entenderlo deben recordar la historia de las peras y manzanas, obviamente. Y es que el formato chiquito y múltiple permite plantear ciclos temáticos y este microespectáculo estuvo en cartel coincidiendo con la semana del Orgullo. Yo sí que estoy orgullosa de que mi primera vez en Micro fuera con este pase especial que nos hizo la fantástica Dolly Drag para los tuiteatreros. No pude tener mejor estreno. 










-Nosotros 2023 Está firmado por el director de cine Daniel Sánchez Arévalo y dirigido por el actor Raúl Arévalo. Una pareja de vacaciones se replantea su relación. Se da cauce al monólogo interior de cada personaje con el recurso del doble actor para un mismo personaje: uno verbaliza los pensamientos, el otro las palabras. Cada actor puede dialogar tanto con su doble como con el pensamiento o el verbo del otro personaje El personaje, por lo tanto, parece un ser mitológico de dos cuerpos que se mueven al unísono o, por el contrario, que va en direcciones distintas. Y todo ello aderezado con una atmósfera muy conseguida y un ritmo fantástico. Me llegó. Chapeau hasta para los flotadores que había en el suelo.








-Adentro es sensibilidad y delicadeza aunque trate una historia cruda. Es la sensibilidad y delicadeza de su dirección, Tristán Ulloa; de unos actores, Carolina Román y Nelson Dante, con un envidiable canal de comunicación entre ellos. Pero, por encima de todo, Adentro es una atmósfera impactante, una tensión bien medida y una excelente dosificación de información que lleva al desasosegante giro final.

14/1/13

LOS OJOS


ESPECIAL ALCALÁ. Desamor y movimiento

 





DRAMATURGIA y DIRECCIÓN: Pablo Messiez
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: Alicia Calot
COREOGRAFÍA: Teresa Nieto
ILUMINACIÓN: Videoescena Eventos
PRODUCCIÓN: Teatro Fernán-Gómez, Centro de Arte Javier Naval
REPARTO: Fernanda Orazi, Marianela Pensado, Violeta Pérez y Óscar Velado
DATOS DE LA FUNCIÓN: Corral de Comedias (Alcalá de Henares), 18 de noviembre de 2012. 90 minutos.




Lo peor que se puede hacer con el dolor es desperdiciarlo. La frase no solo no es mía sino que es una ironía dramática vía twitter que me llegó ayer y sobre la que no paro de dar vueltas. Bendito dolor el de Pablo Messiez, quien ha sido capaz de transformar desamores personales en esta sinestesia emocional que es Los ojos: un melodrama sobre el desarraigo, la inseguridad y el despecho, sobre amores que se evaporan y no comprendes, amores que terminan y buscas. Pero también –y lo que es casi más importante– sobre la necesidad de seguir en movimiento. Un espectáculo que descoloca y estremece por su valentía, honestidad y verdad.
Aunque el punto de partida es la Marianela de Galdós, Messiez hace muy suya la trama y rápidamente va por otros derroteros: una madre, Natalia, seductora y desbordante pero marcada por un tremendo desamor y su hija Nela –que se sabe feúcha– son las protagonistas de la función. Luego están Pablo, ciego y tranquilo, el novio guapo de la acomplejada Nela y el objeto por el cual estas mujeres están en movimiento; y Chabuca, oftalmóloga que cura con la música, cuya inclusión en la obra me parece forzada pero necesaria puesto que es el personaje desequilibrante. Se presentan, por lo tanto, dos tramas: la de la hija y la de la madre. Ambas parece que marchan paralelas, casi estorbándose, para unirse luego en ese punto álgido que es “la escena de la tierra” y finalizar con un epílogo, de Natalia, que esconde una arriesgada pero bien resuelta elipsis argumental, la de Nela.
(Siempre que veo espectáculos firmados por autor-director cuya puesta en escena me parece mejor que el texto, me pregunto qué pasaría si lo montara un director que no fuera su autor. Realmente la pregunta no tiene la más mínima importancia porque cuando un espectáculo te llega a la patata y te secuestra emocionalmente tanto como este, estas y otras minucias no tienen relevancia)
Si Violeta Pérez (Chabuca) y Óscar Velado (Pablo) están estupendos solventando sus personajes, no se imaginan cómo están Marianela Pensado (Nela) y Fernanda Orazi (Natalia). Si alguien no tenía claro el concepto de organicidad, no tendría nada más que ver a estas dos grandes actrices mano a mano. La primera hace algo sumamente difícil: estar magnífica sin que se note y permitiendo que otro se lleve los focos. Y es que la composición de personajes de Nela y la capacidad que tiene para comunicar su inseguridad junto al hallazgo de la escena rezándole a la Virgen son para quitarse el sombrero. 


Lo de la segunda, la Orazi, es algo tan extraordinario que temo que pueda restarle en un futuro por falta de acompañantes o interpretando personajes primos de Natalia cuando me parece una actriz sin techo, con las emociones a flor de piel, que sostiene los estados del personaje como nadie dándole fuerza e intensidad a sus silencios, capaz de cautivar miradas en torno a sus ojos o sus manos y de hacerte pasar –como ella– de la risa al lagrimeo sin que te des cuenta. Aderecen todo eso con una energía arrolladora y  verdad interpretativa y se encontrarán con la Orazi: un huracán que cuando pasa te deja emocionalmente desbordado.
Y es que eso es Los ojos, pura turbación, puro sentimiento en un melodrama muy argentino que te ensucia tanto como se ha ensuciado su autor/director al llevar a tan buen puerto su proyecto, tanto como sus actores con esa tierra que pisan y de la que te hacen formar parte. Una vez abierta la ventanita del corazón, poco se puede hacer; lo difícil es aceptar que “tu lugar está donde esté alguien que te quiera”, y moverse.

13/1/13

DON JUAN EN ALCALÁ 2012





ESPECIAL ALCALÁ DE HENARES. El comienzo.






AUTOR: José Zorrilla
DIRECCIÓN: Jorge Muñoz
VERSIÓN: Emilio del Valle y Jorge Muñoz
DIRECCIÓN DE VERSO: Karmele Aranburu
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: Emilio del Valle
COREOGRAFÍA: Teresa Nieto
ILUMINACIÓN: David Linde
VESTUARIO: Mª José Barta
MAESTRO DE ARMAS: Ángel Mauri
REPARTO: Cristóbal Suárez, Sara Rivero, Raúl Prieto, Chema de Miguel, Carolina Solas, Jorge Basanta, Antonio Ponce, Juan Orellana, Martín Puñal, Carlos Gomariz, María Mesas, María Ortega, Jacinto Motes de Oca, Estíbaliz Barroso, Laura Barta, Gabriel García, Álvaro Carvajal, Antonio Martín-Peñasco, Juan Pedro Verdejo
DATOS DE LA FUNCIÓN: Huerta del Palacio Arzobispal (Alcalá de Henares), 2 de noviembre de 2012.





Don Juan Tenorio nos dice que el amor es fruto de un flechazo, intenso, breve en el tiempo y doloroso. Ella, Doña Inés, cae en amor por una carta y ellos, Don Juan y Doña Inés,  apenas pasan tiempo juntos. Pero se enamoran. O al menos andaban en ello cuando el asunto se complica y Don Juan desaparece del mapa y  nos imaginamos que ella queda desolada, descompuesta y huérfana, sin comprender qué ha pasado, cómo puede ser tan canalla cuando a ella le pareció tan gallardo, tan enamorado y tan buen chico. Y la moza muere de tristeza. Pero Don Juan –como la mayoría– vuelve y se encuentra de narices con su conciencia en forma de estatua que habla. Y también muere. Pero, claro, estamos en el  Romanticismo, no en el Barroco –lástima de infierno…–, así que del más allá regresa la tonta de Inés –que sigue colada hasta las trancas de semejante canalla – y se lo lleva al cielo entre angelitos. Menudo dramoncio. Dramoncio que ustedes ya conocían, pero es que a mí me apetecía re-contarlo porque esto es un “especial” y en los especiales nos gusta salirnos del guion.
La subida de nivel de azúcar que me produce leer el texto de Zorrilla solo es comparable a la magia que me envuelve cuando se pone en escena: esa gozada de escena de la taberna,  los envites que se traen Don Juan y Don Luis, el encanto ñoño del “Doña Inés del alma mía”, la respiración contenida del público justo antes de la escena del “¿no es verdad, ángel de amor?”, la estatua poniendo a Don Juan en su sitio…
Don Juan Tenorio es, por lo tanto, una fiesta teatral. Y además es una fiesta que deberíamos celebrar –como el sexo– más y, sobre todo, mejor. En Alcalá de Henares parece que así lo han entendido y cada año se monta un Don Juan en Alcalá, con director y elenco diferente, en un descampado en el que caben miles de personas, y ya van por la vigésimo octava edición. Con la mala suerte de que no pillamos la edición buena porque el encanto de ver  Don Juan Tenorio con miles de personas a la fresca de noviembre fue más una tortura que una fiesta o un placer. Comenzando por la disposición escénica que no ayudaba para nada la acción y no facilitaba a los miles de espectadores que por allí andábamos; continuando por un texto capado en alguno de sus mejores parlamentos para estirar riñas de espadas y dar coba a las coreografías; y finalizando por la peregrina idea del flamenquismo en el Don Juan Tenorio  –por mucho que la acción transcurra en  Sevilla sigo sin ver nada de flamenquismo en esa obra–  y que se personificó en una bailarina de flamenco a la cual habían ataviado con un vestido rojo de danza contemporánea entre actores de siglo XVII y a la que, pobre de ella, le habían encomendado la misión de tapar con su baile literalmente los momentos más representativos: taberna, carta, ángel de amor y muerte de don Luis.
Menudo despropósito. Don Luis parecía Don Juan y Don Juan parecía el Christián de Edmond Rostand y Doña Inés no estaba nada segura con el texto. Nada de matices, todo prisas y ausencia total de poesía escénica: ¡con lo mucho que se puede hacer con poco y más en esta obra! Y como no podíamos más y como con la muerte de Don Luis desaparecía una de las motivaciones para ver el montaje, nos fuimos a tomar un caldito y unos pinchos. Y a seguir reviviendo el espíritu de Don Juan por nuestra cuenta (y riesgo).

6/1/13

LOS MONTAJES MÁS ESPERADOS PARA 2013

Como en 2012, aquí os dejo LAS 10 OBRAS MÁS ESPERADAS, según el semanario cultural Metrópoli. Su autor en twitter es @mrlemmon


1. 'El Crí­tico. Si pudiera cantar, me salvaría'. El 11 de enero se estrena esta pieza de Juan Mayorga en el teatro Marquina que supone la vuelta de Juanjo Puigcorbé a los escenarios tras 20 años de ausencia. Nuestro dramaturgo más en forma ha escrito una pieza sobre los entresijos del teatro y la creación que servirá en bandeja un estupendo tour de force para el catalán y Pere Ponce.
2. 'Maridos y Mujeres'. Álex Rigola es uno de nuestros grandes directores de escena, por lo que verle adaptando una de las películas más brillantes de Woody Allen se antoja una propuesta de lo más atractiva. Esta descarnizada radiografía de las relaciones de pareja se podrá ver en la Abadía a partir del 17 de enero con un reparto de lujo (Luis Bermejo, Israel Elejalde, Miranda Gas...).
3. 'Hermanas'. Carol López ganó el MAX a la mejor dramaturga catalana con esta comedia dramática de aires chejovianos. Ahora retoma el texto en castellano al servicio de tres populares actrices: Amparo Larrañaga, María Pujalte y Marina San José. Teatro comercial y de calidad que se podrá ver en el Teatro Maravillas a partir del 17 de enero.
4. 'Deseo': Miguel del Arco es el hombre infalible de nuestro teatro y éste su penúltimo salto mortal. Una obra que el mismo califica como "muy caliente" (desnudos incluidos) y que cuenta con un reparto all star: Emma Suárez, Gonzalo de Castro, Luis Merlo y Belén López. A partir del 18 de enero en el Alcázar.
5. 'El Malentendido': Cada vez que Julieta Serrano pisa un escenario habría que hacer una fiesta. En esta ocasión lo hace con este drama de Albert Camus en el que le acompañan Cayetana Guillén Cuervo y Ernesto Arias. El CDN acogerá el montaje a partir del 29 de enero.
6. 'Ahora empiezan las vacaciones': La Casa de la Portera es la (micro)sala de moda en la capital y este montaje que estrena el 5 de febrero seguro que ayuda apuntalar su fama. Por un lado cuenta con el texto de ese joven talento que es Paco Bezerra y por otro, la dirección del maestro Luis Luque.
7. 'Antí­gona'. Rubén Ochandiano demostró de lo que su sensibilidad escénica era capaz con su original adaptación de 'La Gaviota'. Ahora, vuelve a la heterodoxia con la adaptación del clásico de Anouilh, 'Antí­gona'. A partir del 6 de febrero se podrá ver en las tablas a esa musa indie que es Najwa Nimri y Sergio Mur, quien demostró con 'Cuatro estaciones y un día', lo bueno que es sobre un escenario.
8. 'Ping Pang Qiu'. Nunca se sabe qué se puede esperar de Angélica Liddell, pero desde luego nunca deja indiferente. De ahí­, las expectativas que suscita el nuevo estreno de esta enfant terrible de nuestra escena. Se podrá ver a partir del 11 de febrero los teatros del Canal.
9. 'Esperando a Godot'. Todaví­a no ha llegado a Madrid su última colaboración con la T de Teatre, 'Aventura', y ya suspiramos con la versión que Alfredo Sanzol prepara de este clásico. Será a partir del 19 de abril en el Centro Dramático Nacional.
10. 'La fierecilla Domada'/ 'Los animales y los niños tomaron las calles'. A finales de temporada (3 de junio), llegará de nuevo un doble programa de Propeller. La compañía shakesperiana (netamente masculina) volverá a Madrid para regocijo de sus muchos admiradores dentro del Festival de Otoño a Primavera.


ADEMÁS, JULIO BRAVO (@juliobravo1963) EN SU BLOG SEÑALA ESTOS OTROS MONTAJES

Son estos montajes cinco citas atractivas, pero hay más en este principio de año teatral en Madrid: «La lengua madre», un monólogo escrito por Juan José Millás, dirigido por Emilio Hernández e interpretado por Juan Diego (teatro Bellas Artes); «La Odisea», un nuevo trabajo de Rafael Álvarez «El Brujo» (Teatros del Canal); «Hermanas», un texto de Carol López con Amparo Larrañaga, María Pujalte y Marina San José (Teatro Maravillas), «Los Cenci», de Antonin Artaud, con Celia Freijeiro, Maru Valdivielso, Daniel Holguín, Luis Zahera y Celso Bugallo, entre otros (Teatro Español), «Los habitantes de la casa deshabitada», de Jardiel Poncela, con Pepe Viyuela (Teatro Fernán-Gómez);«El malentendido», de Albert Camus, dirigido por Eduardo Vasco, y con Cayetana Guillén Cuervo, Julieta Serrano, Ernesto Arias y Lara Grube en el reparto (Teatro Valle-Inclán); y «Mitad y mitad», una comedia de Jordi Sánchez y Pep Antón Gómez interpretada por Fernando Tejero y Pepón Nieto.

2/1/13

PROPÓSITOS, DESEOS Y UN TOQUE REIVINDICATIVO PARA 2013




Reviso otras entradas de propósitos y deseos de año nuevo y compruebo que, al menos, he logrado cumplir parte de ellos como el de no quedarme con ganas de ver una obra solo porque esté programada en otra ciudad (¡BIBAN los viajes teatrales!)



  • Resulta que soy una fan declarada de los actores hombres, y resulta que 2012 fue el año de las actrices, de esas que ya son dignas de llevar el artículo: la Portillo, la Machi, la Orazzi. En aras de cumplir con la igualdad y con la rima de 2013, pido que 2013 sea el año de los actorazos.
  • Si 2012 fue el año del descubrimiento del teatro en pequeño formato con Microteatro, y como creo que todavía no he profundizado en el lenguaje de este formato, quedan pendientes más exploraciones. Para esta primavera me pido una visita a la Casa de la Portera y su Ivan-Off

  • Después del regreso a Olmedo el año pasado, todavía queda pendiente la vuelta a Almagro. Llevo años amenazando con ella, ¿será mi “este año dejo de fumar” en versión teatrera?
  • Diosito, mándame para 2013 un Don Juan Tenorio decente, porfi.
  • Ya puesta a pedir, yo le pido a Kamikaze Producciones que repongan Veraneantes o que, al menos,  me la pasen en vídeo.
  • 2012 fue el año tuiteatrero por excelencia. Qué bello es compartir pasiones. Solo pido que se mantenga y que haya más desvirtualizaciones fantásticas.
  • Os tengo ganas: Rigola, Del Arco, Pou, Vasco, Pascual. A ver qué me hacéis para este 2013. Sorprendedme.




Como estoy exiliada en el lejano oeste, permitidme que pida, desee y me proponga en modo localista:


  • Hubo un tiempo que el FÁCYL no solo molaba sino que estaba marcado en la agenda como cita ineludible. Que vuelva a serlo.
  • Que se terminen las obras tanto en el Teatro Ramos Carrión de Zamora, como en el Teatro de la Comedia, sede de la CNTC. Se podrían hacer apuestas malévolas de cuál terminará antes pero yo me conformo con que al primero le den contenido una vez abierto.



  • Que el Teatro Juan del Enzina sea el Teatro Juan del Enzina. Y ya, que me enervo.
  • Que las salitas que se abrieron en 2012 en Salamanca –Al Margen, Teatro La Comedia– encuentren un hueco y se asienten en la programación cultural. Que el público acuda a su llamada, que las mimen, que las mimemos.
  • Feria de Teatro de Ciudad Rodrigo, que tu luz no se apague, que te mantengas, que seas fuerte, que tires para adelante.


Y ya que me permitís, permitidme que me ponga en modo reivindicativo/pesado:





  • Que los pagos a compañías se realicen, no en el milenio que viene, sino en los meses siguientes (ojo, ¡ya no pido en el mismo mes!!)
  • Que cambiemos el chip. Que seamos más comprometidos, más combativos, más cañeros. Más hacia adelante. Que la gente de teatro pierda el miedo y que se haga más visible en sus reivindicaciones.
  • Que el teatro no es solo entretenimiento, es cultura. Que no solo define a España el deporte, también nuestra pintura, nuestra arquitectura, nuestra literatura y nuestras artes escénicas.


Y ya.


QUE VIVA EL TEATRO.


1/1/13

2012 SEGÚN 2013. MOMENTAZOS TEATRALES


 PARA NO OLVIDAR


Más que de balances en el mismo mes de diciembre, soy más de echar la vista atrás y ver el año pasado con la perspectiva del nuevo. Ya antes fue el 2011 según 2012. Ahora toca revisar el año 2012 a partir de la perspectiva renovada de 2013.

En esta ocasión, antes que mencionar los aspectos positivos y negativos,  he preferido destacar solo los  positivos, a ver si así cambiamos un poco el espíritu apocalíptico del IVA, el destrozo de las instituciones por impagos y la desaparición de ayudas, la bajada de espectadores y el clima general de desolación cultural que planea en este país y miramos hacia adelante, hacia la luz ("si miro hacia atrás, estoy perdida", que decía Daenerys Targaryen, la de Canción de hielo y fuego). 

El teatro no se va a morir. Amenaza con morirse desde hace más de 2400 años y aquí lo tenemos todavía, dando guerra.

 ("De crisis del teatro se habla desde que el teatro nació. De hecho, una investigación seria dudo que supiera discernir si nació antes el teatro o su crisis. como en el asunto del huevo o la gallina tampoco es fácil saber a quién a corresponde la prioridad"  Teatro español 1980-2000. Catálogo visitado) 

Hay talento, hay goce, hay locos que aman el teatro, hay compromiso, hay voluntad. VAMOS.

Aquí os van mis MOMENTAZOS TEATRALES de 2012 ordenados cronológicamente, excepto el último. (es posible que si no habéis visto la obra, no os esteréis de mucho; si la habéis visto, quizá la rememoración sea conjunta). A GOZAR. 



La función por hacer, de Kamikaze Producciones. Raúl Prieto deambulando por el patio de butacas, su movimiento de manos, sus arrebatos de ira; el llanto de Manuela Paso; los golpes de Bárbara Lennie en el pecho; el foco que se puso a arder, el aplauso a Israel Elejalde. El debate posterior de si ese foco era real o formaba parte de la función.











- Los cencerros de Farsas y églogas, de Nao D’Amores y CNTC. Todo un Juan del Enzina entregado, carcajeando y aplaudiendo a rabiar un montaje del XVI que mantiene la fonética de entonces.










Follies, dirigida por Mario Gas en el Teatro Español, mi primer musical en vivo. Vicky Peña pasándoselo pipa; Mario Gas paseando por el teatro a oscuras al comienzo, su frase final. Y, por favor, Massiel dándolo todo con I'm still here







Tempestad, dirigida por Sergio Peris-Mencheta: las grabaciones previas, Próspero y su gabardina, Calibán, Miranda. La multifuncionalidad de la escalera. La tormenta. Esa atmósfera mágica entre público y escena.










Celestina, de Atalaya TNT: La danza de amor en el encuentro entre Melibea y Calisto: pura poesía. Conseguir que una escena erótica –la de Areúsa con Pármeno- lo sea sin necesidad más que de enseñar un ombligo. Seis sillas altas que lo mismo te valen para recrear la pared por la que cae Calixto, la casa de Celestina, la de Melibea… Los coros, el impactante comienzo, el final. Su compromiso.






- Un trozo invisible de este mundo, de Juan Diego Botto y dirigida por Sergio Peris Mencheta: el guante de cuero de la mano derecha, la mano izquierda vendada y Juan Diego Botto acercándose lentísimamente por la cinta. Juan Diego Botto subiéndose a las maletas y diciendo que a él no le da igual, que no es lo mismo 1 que 10.





- El desamor de Los ojos, de Pablo Messiez. Nela corriendo por el escenario, Pablo acariciando caras, la risa de Natalia. La escena de la “arena” a tres movimientos. Una incontenible jartá a llorar de la actoraza Fernanda Orazzi contagiada al público. El desamor de nuevo.








Juicio a una zorra, de Kamikaze Producciones. El despecho de Helena, los silencios de Helena. Beber para olvidar.  Carmen Machi o la confirmación de que los grandes perfumes y los grandes venenos siempre van en frascos pequeños: su dominio de escena, su presencia, su vis cómica, su inmensa capacidad para el drama.








La vida es sueño, dirigido por Helena Pimenta CNTC. La Segismunda bajando del techo, la Segismunda subiendo por las escaleras. Los pelos como escarpias escuchando a Blanca Portillo recitar a Calderón: sus matices, su verdad, sus ganas. Notario y Portillo mano a mano. Una puesta en escena brillante.







-La fascinación producida por las escenografías de:









HAMLET 











LUCES DE BOHEMIA







CELESTINA 












LA VIDA ES SUEÑO