29/10/11

CONTRACRÓNICA DE LA REAPERTURA DEL JUANDEL.




SI YO FUERA...

Si yo fuera programadora del Juan del Enzina...

En un momento menos convulso que este, sin la crisis -ni la excusa de la crisis-, con suficiente antelación, presupuesto de sobra y una idea bien clara de lo que un Aula de Teatro tendría que ser, esta menda se hubiera montado una (re)inauguración con una duración parecida a la de una boda gitana y con el mismo espíritu festivo. Que un teatro no se abre todos los días.

La prueba del pañuelo pasaría por la exhibición del espacio ante prensa y el mundo del politiqueo universitario, local y regional, con su pequeño discurso y sus buenas intenciones. Luego unos pases para grupos de teatro, estudiantes de la universidad, profesores... para que tengan la oportunidad de conocer los entresijos del teatro.

La ceremonia de unión entre los contrayentes se celebraría en dos días: el oficial y el golfo.

Para el primero, el de las autoridades y demás, se me antoja un espectáculo barroco completo -llamadme clasicorra, que no hay problema-, un Perro del hortelano, por ejemplo. Que ¿por qué? porque es Lope, porque es comedia -y siempre es mejor inaugurar con alegría-, porque lo dirige Eduardo Vasco, porque es de la CNTC ¿más razones?
¿Qué pasa si no me puedo traer El perro del hortelano? Bueno, pues ahí está El alcalde de Zalamea, que Calderón no es manco y el montaje también hace gozar.
¿Y si la mariposa aletea y tampoco está disponible El alcalde de Zalamea??? Bueno, pues seguro que hay otro espectáculo de la CNTC, como los de la Joven...

(Atención: esto es una opción personal, me podría haber dado por barrer para casa y traer a Nao D'Amores o los Corsario. O por un Shakespeare, un Lorca o un Valle u otro clásico más moderno, postmoderno e internacional... pero es mi especulación y especulo como me place)

Para aderezar la primera sesión teatral, hubiera encargado -con tiempo, claro, no de un día para otro- a los grupos de teatro universitario que se lanzaran a hacer unos entremeses, una loa, una mojiganga, unos bailes... en el mismo escenario o en el hall del teatro. Así los grupos se sentiríanparte de los fastos, saben que este es su espacio y tienen la oportunidad de "presentarse en sociedad".

(Podría haber optado por darles un día para ellos... ¿pero cuál de todos los grupos? ¿bajo qué criterio un grupo actúa y los otros no?)

Eso como inauguración oficial. Y no me cortaría en absoluto en la duración. Muchos de los asistentes tardarán en regresar al teatro, por lo que quizá necesitarán una buena dosis de teatro en vena. Luego el vinillo de honor de siempre, para recuperar. Eso que no falte.

Para el día siguiente, dejaría los figurines en casa y convocaría a la comunidad universitaria. A ser posible, al alumnado. Y le deleitaría con el espectáculo más GOLFO que encuentre. Algo que diga: oye, somos un teatro universitario, no queremos hacer la competencia al Liceo (más que nada porque no tenemos columnas y se puede ver la escena desde cualquier punto de la sala), somos jóvenes y buscamos público joven, nos gusta el riesgo y la experimentación... ah, y somos alternativos. Y luego un calimocho de honor.

Como "alboreás" me puedo plantear un espectáculo de danza y/o, sin ser el espacio más apropiado, un grupo de música de la universidad, como la Big Band, por ejemplo.

Y, como colofón, el inicio de la primera actividad de teatro made in la Cátedra Juan del Enzina (aunque para eso la tendría que haber "re-activado"): una exposición de teatro en el hall, un seminario, un curso de teatro...

Y entradas numeradas, porfa. Y no dejaría al azar las invitaciones, que luego somos todos unos enfadicas.

Y como esto no deja de ser una elucubración, o un deseo, o un sueño.... y como los sueños, sueños son pues blablaba

No hay comentarios:

Publicar un comentario