8/12/09

¡AL CARAJO LA POESÍA!


MENOS ES MÁS=TEATRO


¡AL CARAJO LA POESÍA!

IDEA ORIGINAL y DIRECCIÓN: Marieta Monedero

TEXTO Y DRAMATURGIA: Marieta Monedero y Carmen Castrillo

ADJUNTA A LA DIRECCIÓN: Carmen Castrillo

DISEÑO DE ILUMINACIÓN: Agustín Martín

DISEÑO GRÁFICO: María Riera

VOZ EN OFF: María Ángeles Alonso

GRABACIÓN: Suso de la Nava

ESCENOGRAFÍA, VESTUARIO Y ATREZZO: Luis Oliver, Carmen Castrillo y Marieta Monedero

COMPAÑÍA: Raízde4teatro

INTÉRPRETES: Carmen Castrillo y Luis Oliver

AFORO: Completo

INCIDENCIAS: Estreno absoluto

LUGAR: Sala B, CAEM, Salamanca, 18 de noviembre de 2009, 22:00.



Después de un sinfín de espectáculos poéticos, lecturas afectadas, encuentros en la tercera fase poética, ultra-post-mega recitales, performances poéticas-artísticas que era incapaz de entender; después de haberme relacionado y escuchado a poetas-personajes trasnochados, bohemios finiseculares mediocres, fashion-cool iluminados que explicaban UN poema durante quince minutos, que me perseguían para explicarme su incomprensible poética (para mí), que me hacían coger manía a Borges y a Cortázar de tanto citarlos, que me lanzaban al consumo desesperado de cerveza con limón y me brindaban la oportunidad de practicar el viaje astral… después de todo eso, me uno a la Marieta, a Oli y a Carmen Castrillo y, con ellos, mando al carajo la poesía. Así, tan visceral y apasionadamente, pero con mucha cabeza.



Simple: dos actores, diez escenas, dos atriles, unas mesas, unas sillas, un casi inabarcable abanico de citas poéticas en español. Y ya está. Lo mezclamos todo, le añadimos sentido común, trabajo, solidez, mimo, delicadeza y amor a la literatura y, sobre todo, conocimiento de qué es eso de teatro y qué es la poesía, y tenemos un espectáculo teatral sobre poesía de los pies a la cabeza, divertido, lúdico, didáctico, que apela a la inteligencia del espectador, a su cultura popular y a la menos popular. Todo muy pensado y cuidado, bien utilizado, con mucho sentido estético: la escenografía, el cromatismo, el uso del espacio escénico. Con unos ajustes en la parte final para completar de hilvanar el hilo propuesto al comienzo y perfilar algunas escenas de la última parte, estará más que estupendo.



Qué maravilla –y qué tranquilidad– oír recitar a los actores. No sé si habrán acudido a alguna escuela de declamación o a algún maestro sesudo, o si, simplemente, habrán dicho el verso como debe decirse: diciéndolo. Admiro el brillante trabajo de ambos, la versatilidad para hacer reír cuando procede, para crear un nudo en el estómago cuando quieren, para bailar y cantar tango. Me encanta la composición de personajes, el dominio de la voz y del ritmo escénico que tienen, especialmente ella. Y me encanta la propuesta de jugar con la poesía, de ensamblar miles de citas y darles una forma escénica más que solvente, de descontextualizarlas de su sentido habitual. Y me encanta que citen a Sabina y a Gardel.



Una apuesta arriesgada, felizmente resuelta. Que quiero repetir, oye, a ver si me desintoxico un poco de tanta culturilla.

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