29/10/11

CRÓNICA DE LA REAPERTURA DEL JUANDEL


Ya habían pasado de largo las 21:30 y yo todavía correteaba taconeando por la Plaza de Anaya. No es que me pudiera el ansia por ver la obra de desvirgamiento: es que llegaba tarde a la hora que yo misma, la que llevaba las invitaciones, había impuesto a mis vecinos de butaca. Allí estaba solo uno. El de siempre, cual gentleman. Por su parte, mis compañeras de fatigas teatrales y plataformiles habían decidido hacer uso del fashionably late.

Uno de nuestros padres fundadores dio la última consigna: como no estaba programada ninguna presentación ni tampoco ningún acto protocolario antes de la actuación, estaría bonito que rompiéramos a aplaudir en cuanto se hiciera el oscuro, como acto de alegría. No hubo posibilidad. El rector salió para decir unas cuantas palabras de agradecimiento. En la mano derecha, un micrófono; bajo el brazo izquierdo, la revista Llanto por la muerte del teatro Juan del Enzina. Me cogió tan desprevenida que apenas soy capaz de recordar sus palabras. Quizá habló de las ganas que había de que llegara el día 28 y del esfuerzo que había supuesto. Sé que escuché el nombre del profesor Emilio de Miguel y algo de que tenía -o eso creo- una nota suya que iba a leer. Tengo la imagen, eso sí, de que demostró cierta torpeza al leerla y al pasar las hojas. Estoy segura de que señaló la lucha de algunos estudiantes porque me entraron ganas de corregir: siempre fueron algunAs estudiantes. Y me parece que dijo algo de que esas personas, que no permitieron que el teatro cayera en el olvido y que se movieron para crear la revista que llevaba bajo el brazo, que leyeron la letanía paródica que se encontraba dentro y no me acuerdo de qué más. Para el aplauso del público, ya estaba agarrada a mi compañera de fatigas e intentaba manejar -también con cierta torpeza- la emoción y la sorpresa del momento.

Se agradece el agradecimiento. Al rector Daniel Hernández Ruipérez y al profesor Emilio de Miguel.

En cuanto al teatro he de decir que han conseguido mantener dos de las características que recordaba de él: es acogedor y tiene las butacas azules. Estas no son ni excesivamente cómodas como para quedarte dormido, ni excesivamente incómodas como para que cada vez que te muevas se oiga en las aulas del piso superior, sino todo lo contrario. Los asiduos al teatro en Salamanca agradecemos el graderío, pues asegura visibilidad desde cualquier punto. Parece tener buena acústica. Digo parece porque desde mi segunda fila no estaba para evaluar ese aspecto, aunque desde esa misma posición sí puedo avanzar que quizá en alguna obra algunos disfruten de la ropa interior de las actrices o de los brazos fornidos de algún actor. Llegado el caso, estoy segura de que no habrá problema para localizar las salidas de emergencia pues sus luces se distinguen SIN PROBLEMA. Dicen los que saben de esto que la inversión en equipación técnica es justa y necesaria. Todo nuevecito, aunque mejorable. Vamos, que en un futuro se puede complementar la equipación con una nueva inversión y poner Dolby, más focos...
Hay una sala de ensayos bastante cuca, dos camerinos que se comunican entre sí por el baño (wtf!!!!), almacenes de sobra para que los grupos universitarios puedan dejar sus trastos -digo yo-, despacho de los técnicos, despacho de producción (no comments).
El hall es estupendo para que se organicen los típicos corrillos o, incluso, para realizar actividades allí como exposiciones, algunas lecturas literarias de pequeño formato, alguna representación breve...
Y aunque despotriqué en su momento de la cristalera que hay en la entrada (pues era muy costosa y yo era más de aquellas butacas que se metían por debajo del graderío para que el escenario no fuera solo a la italiana), ahora reconozco que tiene sentido y le da luz a la entrada al teatro.
(Entre nosotros: siempre preferiré invertir en el interior del teatro antes que en el exterior del teatro).
Conclusión: muy buena obra.

Nota final: como no hubo vino de honor, ni siquiera un mísero calimocho de honor -mierda de crisis- algunas nos tuvimos que consolar con la celebración en un bar, con los actores y el director de La colmena científica (El café de Negrín) como vecinos de barra. Y brindamos, tras nueve años de cierre, por la reapertura de nuestro Juandel.


CONTRACRÓNICA DE LA REAPERTURA DEL JUANDEL.




SI YO FUERA...

Si yo fuera programadora del Juan del Enzina...

En un momento menos convulso que este, sin la crisis -ni la excusa de la crisis-, con suficiente antelación, presupuesto de sobra y una idea bien clara de lo que un Aula de Teatro tendría que ser, esta menda se hubiera montado una (re)inauguración con una duración parecida a la de una boda gitana y con el mismo espíritu festivo. Que un teatro no se abre todos los días.

La prueba del pañuelo pasaría por la exhibición del espacio ante prensa y el mundo del politiqueo universitario, local y regional, con su pequeño discurso y sus buenas intenciones. Luego unos pases para grupos de teatro, estudiantes de la universidad, profesores... para que tengan la oportunidad de conocer los entresijos del teatro.

La ceremonia de unión entre los contrayentes se celebraría en dos días: el oficial y el golfo.

Para el primero, el de las autoridades y demás, se me antoja un espectáculo barroco completo -llamadme clasicorra, que no hay problema-, un Perro del hortelano, por ejemplo. Que ¿por qué? porque es Lope, porque es comedia -y siempre es mejor inaugurar con alegría-, porque lo dirige Eduardo Vasco, porque es de la CNTC ¿más razones?
¿Qué pasa si no me puedo traer El perro del hortelano? Bueno, pues ahí está El alcalde de Zalamea, que Calderón no es manco y el montaje también hace gozar.
¿Y si la mariposa aletea y tampoco está disponible El alcalde de Zalamea??? Bueno, pues seguro que hay otro espectáculo de la CNTC, como los de la Joven...

(Atención: esto es una opción personal, me podría haber dado por barrer para casa y traer a Nao D'Amores o los Corsario. O por un Shakespeare, un Lorca o un Valle u otro clásico más moderno, postmoderno e internacional... pero es mi especulación y especulo como me place)

Para aderezar la primera sesión teatral, hubiera encargado -con tiempo, claro, no de un día para otro- a los grupos de teatro universitario que se lanzaran a hacer unos entremeses, una loa, una mojiganga, unos bailes... en el mismo escenario o en el hall del teatro. Así los grupos se sentiríanparte de los fastos, saben que este es su espacio y tienen la oportunidad de "presentarse en sociedad".

(Podría haber optado por darles un día para ellos... ¿pero cuál de todos los grupos? ¿bajo qué criterio un grupo actúa y los otros no?)

Eso como inauguración oficial. Y no me cortaría en absoluto en la duración. Muchos de los asistentes tardarán en regresar al teatro, por lo que quizá necesitarán una buena dosis de teatro en vena. Luego el vinillo de honor de siempre, para recuperar. Eso que no falte.

Para el día siguiente, dejaría los figurines en casa y convocaría a la comunidad universitaria. A ser posible, al alumnado. Y le deleitaría con el espectáculo más GOLFO que encuentre. Algo que diga: oye, somos un teatro universitario, no queremos hacer la competencia al Liceo (más que nada porque no tenemos columnas y se puede ver la escena desde cualquier punto de la sala), somos jóvenes y buscamos público joven, nos gusta el riesgo y la experimentación... ah, y somos alternativos. Y luego un calimocho de honor.

Como "alboreás" me puedo plantear un espectáculo de danza y/o, sin ser el espacio más apropiado, un grupo de música de la universidad, como la Big Band, por ejemplo.

Y, como colofón, el inicio de la primera actividad de teatro made in la Cátedra Juan del Enzina (aunque para eso la tendría que haber "re-activado"): una exposición de teatro en el hall, un seminario, un curso de teatro...

Y entradas numeradas, porfa. Y no dejaría al azar las invitaciones, que luego somos todos unos enfadicas.

Y como esto no deja de ser una elucubración, o un deseo, o un sueño.... y como los sueños, sueños son pues blablaba

25/10/11

REAPERTURA DEL TEATRO JUAN DEL ENZINA



(Por suerte, el texto que pego a continuación no se tendrá que volver a recitar. La reivindicativa orden trujamaniana colgará sus hábitos. No será necesario organizar recitales teniendo en cuenta el calendario de Champions, ni abordar a actores, escritores y directores para sumarlos a la causa universitaria. Los tiempos de escribir cartas a rectores haciendo comparaciones odiosas ojalá no tengan que repetirse. Los vicerrectores, directores de SAC, políticos locales varios y alguna que otra intérprete de Tres sombreros de copa ahora reconvertida en concejala respiran tranquilos. El AULA DE TEATRO JUAN DEL ENZINA de la Universidad de Salamanca, tras casi diez años de inexplicable cierre, una tapia que le convertía en espacio para cultivar champiñones, olvido institucional y mucha tontería de política universitaria y burocrática, POR FIN, vuelve a abrirse. El acto de inauguración será el 28 DE OCTUBRE, con EL CAFÉ DE NEGRÍN, de José Ramón Fernández, dirección de Ernesto Caballero y producción del Centro Dramático Nacional.
Ojalá todo este deseo y energía humana por parte de la Plataforma Juan del Enzina y de la Facultad de Filología, junto con el esfuerzo económico que se ha realizado desde la USAL y la JCYL se vean recompensados con una programación arriesgada e inteligente, así como por el interés de la universidad por potenciar el espacio como AULA DE TEATRO, en la que los estudiantes puedan realizar sus prácticas filológicas y teatrales.
Que haya MUCHA MIERDA)

LITURGIA PARA EL TEATRO “JUAN DEL ENZINA”
SOLISTA
CORO
Fernando de Rojas
Ruega por nosotros
Juan del Enzina
Ruega por nosotros
Lucas Fernández
Ruega por nosotros
Juan de la Cueva
Ruega por nosotros
Lope de Vega
Ruega por nosotros
Tirso de Molina
Ruega por nosotros
Calderón de la Barca
Ruega por nosotros
José Zorrilla
Los Quintero
Ruega por nosotros
Rogad por nosotros
Ramón del Valle-Inclán
Ruega por nosotros
Jacinto Benavente
Los Machado
Ruega por nosotros
Rogad por nosotros
Federico García Lorca
Ruega por nosotros
Miguel Mihura
Ruega por nosotros
Alejandro Casona
Ruega por nosotros
Antonio Buero Vallejo
Ruega por nosotros
De los enterradores del teatro
Líbranos, Señor
A los enemigos de la cultura
Que les den
De los culpables en la Universidad
de que el Juan del Enzina
esté tapiado y muerto
Líbranos, Señor
Al Ayuntamiento, a la Junta de Castilla y León, a los partidos, que recalifican terrenos, pero se olvidan del Juan del Enzina
Que les den
De los que piensan en celebrar el centenario de la Universidad, pero no se mueven para rehabilitar un teatro que lleva años muerto
Líbranos, Señor
A los responsables municipales que piden y piden exposiciones universales, pero pasan de la recuperación del Juan del Enzina
Que les den


Fernando Fernán Gómez
Ruega por nosotros
Nuria Espert
Ruega por nosotros
Carlos Hipólito
Ruega por nosotros
Rafael Álvarez “el Brujo”
Ruega por nosotros
José Luis Gómez
Els Joglars
Ruega por nosotros
Rogad por nosotros
Aitana Sánchez-Gijón
Ruega por nosotros
Miguel Ángel Solá
Ruega por nosotros
Blanca Oteyza
Ruega por nosotros
Héctor Alterio
Ruega por nosotros
Animalario
Rogad por nosotros
Amparo Baró
Ruega por nosotros
Josep María Flotats
Ruega por nosotros
José María Pou
Ruega por nosotros
Blanca Portillo
Rogad por nosotros

Calisto y Melibea
Rogad por nosotros
Don Juan y doña Inés
Rogad por nosotros
Adela y Pepe “el Romano”
Rogad por nosotros
Max Estrella y don Latino
Rogad por nosotros

A los responsables
De la muerte del Juan del Enzina
Que les den
A los que estiman las humanidades por la mitad de su valor real
Que les den
A los que no son capaces de encontrar dinero para las letras
Que les den
SOLISTA
Oh, Señor,
Tú que diste al hombre el don de la palabra y concediste a unos pocos el poder sublimarla en el teatro.
Tú que, cuando estás en forma, creas autores como Shakespeare, Molière, Lope de Vega o Calderón.
Tú que, cuando te esmeras, creas a Alberto San Juan, Miguel Ángel Solá, Ginés García Millán o Carmelo Gómez… sólo para hacer más grande el teatro.
Tú que permitiste que incluso en tiempos del dictador Franco los responsables de la Universidad de Salamanca crearan el Aula de Teatro Juan del Enzina, no permitas que tu siervo Enrique Battaner (o quien le sustituya) pase a la historia como el enterrador del teatro universitario en Salamanca.
Tú que haces que tu Iglesia nos dé lecciones de espectáculo teatral con ocasión de las exequias de tu siervo Juan Pablo II y la entronización de Benedicto XVI, permite que en el Juan del Enzina siga representándose teatro.
Tú que bendices bodas reales y otros fastos políticos faranduleros, ten piedad del teatro.
Tú que resucitaste a Lázaro, saca de la tumba al Juan del Enzina.
Y si los responsables de este asesinato cultural no te hicieran caso, Señor, que todas las voces que se han escuchado durante treinta años en el Juan del Enzina se conviertan en graznidos y resuenen cada noche en los oídos de ellos y sean para siempre su más cruel pesadilla.
CORO: Amén
SOLISTA
CORO
A los que dicen que el teatro ha muerto
Que les den por el bulo
(Tres veces)
SOLISTA
CORO
Que Talía y Terpsícore, las musas del teatro, estén siempre con vosotros
Y con tu espíritu
SOLISTA
CORO
Podéis ir en paz
Y no gracias al Rector

12/10/11

MARÍA SARMIENTO (comedia alorcada)



¿PARODIA?





MARÍA SARMIENTO (comedia alorcada)
AUTOR: Ernesto Caballero
DIRECCIÓN: Fernando Romo
ESCENOGRAFÍA y FIGURINES: Víctor Navarro
ESPACIO SONORO e ILUMINACIÓN: Álvaro Diéguez
MÚSICA ORIGINAL: Javier Limón
AYUDANTE DE DIRECCIÓN: Liza Bassi
COREOGRAFÍA: Genoveva Hita
REPARTO: Nieve de Medina, Canco Rodríguez, Carolina Lapausa, Maribel Vitar, Ana Vélez.
PRODUCTORA: Fuegos Fatuos-L.A.C-Mamáfloriana
AFORO: tres cuartos
LUGAR: Teatro Liceo, Salamanca, 8 de octubre de 2011, 21:00

Y mira que me cae bien a mí Ernesto Caballero. Lo que disfruté con ese increíble ejercicio dramatúrgico que fue Pepe el Romano, en el que ponía en escena la parte masculina de La casa de Bernarda Alba con una precisión exquisita en relación con la obra lorquiana.
Desconozco el texto de María Sarmiento. Sabía de su existencia y de su doble naturaleza paródica y lorquiana por lo que, en parte, vomito estas reflexiones sin distinguir bien si el objeto de ellas es sobre el texto de Caballero, la puesta en escena de Fernando Romo o tal vez es que afecta a ambos.
La obra está bien planteada. Comienza la acción y se respira Lorca. Abundan los motivos de sus obras, la escenografía y la estética parecen prometedoras, la obligada presencia musical anima, la atmósfera inicial andaluza podría corresponder a una de sus obras y los personajes son de indudable inspiración lorquiana. Petra, la madre castradora; María, más heredera de Doña Rosita y Mariana Pineda que de Adela; Nuria, que me recuerda a Magdalena y Lorenza a Martirio; el hombre, Sarmiento, como objeto de deseo.
Sin embargo, una buena situación de partida y unos personajes bien armados no aseguran un buen desarrollo. Ellas, encerradas por propia voluntad. Con calor, en Andalucía, necesitadas de “vidilla”. Aparece un bandolero, se sospecha el conflicto. Y ahí se queda. Llegado el momento, no estaba claro cuál era el rumbo que quería seguir la obra, si rendir un homenaje admirativo a Lorca o parodiarlo. O me lo plantearon de otra manera a como lo desarrollaron luego o yo no me enteré. Lo que está claro es que está situación de desconcierto y de falta de conexión con la escena me duró hasta que hubo un desvío producido por la aparición del personaje Guadalquivir (el río, sí) y la definitiva apuesta –para mí– por la burla y la parodia. Ahí fue cuando realmente me empezó a hacer gracia aunque, reconozcamos, que por aquel entonces ya no había mucho lorquismo por escena… Y es que si quieres parodiar, parodia bien. Hasta el final. Intentar parodiar para nada, es tontería.
Supongo que parte de la responsabilidad del aceptable sabor de boca final la tuvo Canco Rodríguez, que parece que está tocado con la varita de la vis comica. El resto del elenco –por cierto, casi todos chicos televisivos-, cumplió con su deber, especialmente Nieve de Medina y Carolina Lapausa.
María Sarmiento en FB.